Que las personas tienen dificultades no es novedad. Que los grupos de autoayuda existen, tampoco. Pero aquí, la particularidad del caso radica en que fueron los empresarios quienes decidieron reunirse para conversar sobre sus inquietudes. Y terminaron descubriendo que sus preocupaciones no eran originales, y que todos comparten desvelos propios de su jerarquía y posición en la compañía que conducen.
Daniel Occhipinti, es el presidente de la Unión Industrial de Tigre y CEO de Occhipinti Tecnología en Placards. Hacía algunos años atrás había participado en eventos que promovían el encuentro entre empresarios, en ellos conversaban sobre temas profesionales y personales. A partir de ello, Occhipinti gestó una idea para su propia institución y la bautizó como Grupo de Amigos Empresarios. “Quería otorgarle calidad a nuestra organización. Hicimos cenas y visitamos amigos hasta que conformamos el primer grupo”. Los resultados fueron tan buenos que al tiempo abrieron un segundo grupo de trabajo.
Uno de los ejes principales es la mejora en la calidad de vida. “En general existe una soledad en el industrial, le cuesta mucho encontrar un ámbito de conversación entre pares, en donde expresar con tranquilidad sus problemáticas”, explica Occhipinti. «Muchas veces nos pasamos de vueltas y nos resentimos en nuestra vida personal, y en la relación con la familia”.
Para que el encuentro guarde un orden, el coordinador entrega formularios que deben ser completados con anticipación. Se juntan una vez por mes en un horario extenso: desde las 13 con el almuerzo, hasta las 18 con el café. Prosiguen con capacitación sobre un tópico elegido de común acuerdo; luego continúan con una ronda de eventos significativos: cada uno relata cómo se encuentra en lo personal y profesional. Concluyen con un tema clave que puede estar apremiando a los integrantes.
Reunión de pares
Joge Pittaluga es ingeniero y profesor de la Universidad Tecnológica Nacional sede Pacheco. Desde hace muchos años trabajó en proyectos relacionados a la mejora continua dentro de las empresas. Pittaluga realiza la coordinación del encuentro que mejora la calidad de vida y la eficiencia en la empresa. “Cada uno expone cómo se siente en lo personal y en lo laboral. Son momentos muy emotivos”. Esto colabora con la unidad porque se logra una especie de terapia grupal coordinada por el psicólogo del grupo. Del trabajo se desprende un tema clave que alguien no puede resolver y que se expone. “Los demás le hacen preguntas para interiorizarse y después, el resto de sus compañeros, sus pares, le transmiten sus sugerencias, lo que harían ellos en su lugar”.
“Generalmente el empresario Pyme se siente solo en el mundo”, exterioriza Pittaluga, “es muy difícil que se junte con otro empresario”. En cambio, “cuando estás entre pares, el vocabulario es diferente. Es interesante observar cómo quieren ayudarse entre ellos”. En el trabajo grupal aparecen las soluciones, las nuevas perspectivas a pensar situaciones desde otros puntos de vista. Esta es la función de Diego Santinelli, el psicólogo: facilitar el intercambio.
El caso de los empresarios Pyme es particular porque generalmente “son emprendedores, personas que a partir de un proyecto personal han idos desarrollando una actividad con esfuerzo, suelen ser empresas familiares”. Los contactos entre las personas, el directivo y las tareas son mucho más estrechos que en las grandes corporaciones. Entonces las implicancias y los vínculos emocionales y laborales son altas. “Es vocacional, no es solo el lucro lo que mueve, sino la realización. Es una valoración muy importante del trabajo”, concluye Santinelli.
Aprendiendo entre pares
Miguel Harutiunian es CEO de Edelflex; Erich Gross, CEO de Crónimo SA; y María Elena Gil, CEO de Reynold SA. Los tres son industriales tigrenses y asisten al grupo de Amigos Empresarios desde hace más de un año. Para ellos la cohesión genera comunicación. El concepto es participar y aportar, ayudarse evitando la equivocación o confirmando el acierto. “Tener a tu alrededor a diez empresarios de primer nivel, y que entre todos aporten entre 200 o 300 años de experiencia logra que uno se nutra de visiones diferentes”, revela Harutiunian. “No tenemos la oportunidad de trabajar nuestros problemas ni con la familia ni con amigos, solamente acá nos encontramos con pares. Nos da una fortaleza espectacular e imprevista. Llegamos a una comunión”, confiesa Erich Gross.
María Elena Gil es médica y doctora en neurociencias. Relata que hace dos años se incorporó a la actividad empresarial por razones familiares. Su cambio fue abrupto porque pasó de la actividad científica a la actividad comercial. La experiencia le parece “fantástica” y se sincera: “me abrió la cabeza a la vida empresarial, pude ver cosas y problemas que intento traer acá”.
La soledad del CEO, la toma de decisiones y el aporte desinteresado de un grupo de pares, son conceptos claves que generaron este espacio de apertura y diálogo. Los problemas adquieren otro cariz, el contexto adquiere matices diferentes. La calidad de la conducción también puede palparse cuando el liderazgo, el intercambio de experiencias y el conocimiento se ponen al servicio del empresario que lo necesita.